No se muere bien o mal. Se muere.
Describir las ausencias es una tarea tan
inabarcable como improductiva.
No sirve de nada perseguir los perfiles
del vacío.
Siempre será más útil alimentarse de la
certeza de los recuerdos
que de la proyección insustancial de los
anhelos.
A pesar del continuo e intransigente
examen de la muerte,
jamás aprenderemos a morir.
jamás aprenderemos a morir.
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