Dicen que no entiendo porque no salgo en
sus cuentas. Dicen que no entiendo porque no caso con sus frases. Dicen que no
entiendo porque mi naturaleza no cabe en su geografía. Dicen, dicen, siguen
diciendo y yo les digo que no me hace falta entender, porque yo sé que comprendo.
Comprendo que haya quien desde hace años escogiera navidades negras. Comprendo
cuando me miran unos ojos nacidos al final de la tierra. Comprendo la dureza de
unas almas más tiernas que mi nombre. Comprendo cuando sus manos se ponen en
sus mejillas porque a veces necesita un paraguas con el que proteger su
sonrisa. Comprendo cuánto vale un sobresaliente en generosidad, sobre todo
cuando proviene de licenciados en cariño. Comprendo que su piel es blanca
porque está hecha de azul del cielo y tonos de verde esperanza con los que dar
una mano al silencio. Y comprendo que despejarán la ecuación con el viento de
su fuerza.
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