Ya puedes pasar horas y horas probando
todas las páginas que se te ocurran. No lo encuentras. Destacan imágenes, te
cuentan experiencias de dudosa verosimilitud y te bombardean con notas, iconos
y opiniones. Los materiales, las zonas, las distancias, los servicios,… Todos
se postran a tus pies y ni siquiera así lo encuentras. Al final, aunque te
duela, desistes. Aquel hotel invisible ya está borrado de la memoria.
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