Todo el mundo las llama arrugas. Yo
prefiero pensar que son grietas. El tiempo nos va estirando y, como el material
es el mismo, acaba por resquebrajarse silenciosamente. Se filtra
inevitablemente lo que un día fuimos, sin que nunca lleguemos a estar seguros
de si nos sobra o no. Las humedades nos ablandan por fuera y por dentro hasta
desconchar las estructuras de cuya firmeza presumíamos tiempo atrás. Por
suerte, alguien (quizá nosotros, quizá otras personas) nos avisa del deterioro
y nos conmina a una rehabilitación. Una rehabilitación no es una
reconstrucción, no se trata de demolernos o de pretender llegar a estar como
recién edificados. Se trata de tener la honradez suficiente para dejarse dar
manos de cemento, masilla y silicona donde lo necesitamos.
Poemas y relatos publicados semanalmente. Puedes ponerte en contacto conmigo escribiendo a mighergar@gmail.com
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viernes, 31 de enero de 2014
lunes, 20 de enero de 2014
El lado salvaje
Dicen que todos tenemos una parte de
nosotros que de repente se rebela porque asegura que necesita aire y empieza a
robarnos oxígeno del cerebro. Una mitad que una noche, sin saber muy bien por
qué ni por qué en ese momento, se planta sin negociación previa obligando a
cargar todo el peso del futuro sobre aquello que todavía se muestra fiel a
nuestras intenciones. Siempre pensé que yo nunca llegaría a sentir esa
revolución en mi ser, porque creo que ni la he instigado ni la he merecido
jamás, pero cuando os veo mirar mi cuerpo yaciendo casi inerte en esta cama,
con una bomba de tristeza y rabia reventando a través de vuestras caras, me doy
cuenta de que, efectivamente, yo también tengo un lado salvaje.
lunes, 13 de enero de 2014
Cuarenta segundos
Tienes cuarenta segundos para condensar
setenta muertos, dos mil parados o tres mil millones de euros. Las palabras
avanzan en dirección contraria y quizá a nadie le importe lo que contengan.
Puedes pensar que tus cuarenta segundos valen más que los de la mayoría, pero
al final lo que cuenta es que ocupan lo mismo que otros cuarenta segundos.
Debes realizar las torsiones necesarias, aunque tiren o duelan, porque no
tienes más remedio que adaptarte a esos cuarenta segundos. Y, cuando al final
lo consigues, y ese bloque de cuatro decenas se ha agotado, te das cuenta de
cuánto anhelas aquellos momentos en los que cuarenta segundos cundían de
verdad.
viernes, 10 de enero de 2014
Duele
No os confundáis. No me duelen las
hinchazones, ni los pinchazos, ni los desgarros, ni los moratones ni los puntos
de sutura. Me duele la inclemencia de mis venas. Me duele que mi asco se
derrame por el suelo sin que nadie una sus manos para abarcarlo. Me duele el
triunfo de la justicia sin instrucción. Me duelen más vuestras fallidas
palabras de comprensión que los insultos que se esconden tras ellas. Y me duele
tanto la verdad que veo como la verdad que no alcanzáis a ver.
lunes, 6 de enero de 2014
Regalo
Bajo el envoltorio de estrambótico
colorido estaba una caja estrecha, más larga que ancha. Dentro de ella, hundido
entre un asfixiante embalaje encontró un objeto que no se encontraba en su
lista. Al cogerlo y ponerlo frente a sus ojos sonrió con una felicidad que solo
podía producir la inocencia sincera. Aquel espejo era el mejor regalo que jamás
se le habría ocurrido pedir.
viernes, 3 de enero de 2014
Calendario
El dolor de cabeza y la ropa tirada de
cualquier manera por el suelo le confirmaron que la noche había existido.
Caminó hacia la cocina, y nada más entrar en ella vio el larguirucho calendario
colgando en la pared. Decidió dejarlo ahí, inerte, porque ya habían pasado
muchos años y el año que viene nunca terminaba de llegar.
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